El sol brillaba pero no hacía calor, había aire rondando por todo el paisaje, se veían las aves volando en el cielo, era un día maravilloso para ir en una moto. Ellos dos iban en la motocicleta, la pareja ideal.
El pelo rubio despampanante y encantador de la chica, se agitaba al compás del viento, su cuerpo se aferraba al ser que más quería en esta vida, era la imagen perfecta del amor, dos jóvenes que se amaban sin frenesís.
De vez en cuando llegaban a algún lugar, donde podían expresarse lo mucho que se amaban, mirándose a los ojos mutuamente, el amor brillaba tan fuerte como el sol de ese día.
De pronto, se encontraban manejando a alta velocidad, la chica se asusto, su corazón comenzó a latir rápidamente, se aferro con todas sus fuerzas a él, solo para decirle que bajara la velocidad, pero él no lo hizo…
Había una desviación, justo antes de llegar, el joven le dice a su novia en voz alta, ¿Me amas?, ella desde luego contesto que si, le pidió entonces que lo abrazara, porque la moto no tenia frenos, cerraron los ojos los dos salieron despedidos en el aire, pero abrazados.
A la mañana siguiente la chica despertó en el hospital, estaba viva con algunos rasguños, pero nada serio, pero él había muerto. El había muerto por ella, dio su vida por su amor, jamás la soltó, recibió el impacto de frente y aun así no la dejo de abrazar.
A veces por amor podemos entregar nuestra propia vida, para que siga latiendo el corazón que tanto amamos.
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